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«Macchu Picchu se reveló ante mí como el perdurar de la razón por encima del delirio, y la ausencia de sus habitantes, de sus creadores, el misterio de su origen y de silenciosa tenacidad, desencadenaron para mí la lección del orden, que el hombre puede establecer a través de los siglos con su voluntad solidaria…»
«Allí, en las alturas del Perú, la imponente arquitectura se había conservado secretamente en el profundo silencio de las cumbres andinas. Todo era cielo en torno de los sagrados vestigios. El bosque verde se interrumpía con las rápidas y pequeñas nubes, que pasaban desflorando y besando aquella espléndida obra de lo eterno que hay en el hombre…»
«Aunque discutible, lo cierto es que aquel esplendor fue aniquilado por la sangre y las sombras. Hombres y vestiduras, templos y construcciones, dioses y reyes, todo fue devorado, destruido y sepultado. La Conquista fue un gran incendio. Los conquistadores de todos los tiempos y todas las latitudes reciben un mundo vasto y resonante, dejan un planeta cubierto de cenizas.»
Autor: Pablo Neruda.
Estupefacto me quedé.
Me muero de la envidia. Por cierto, ayer salía en un periódico local murciano que el Macchu Picchu estaba en peligro por tanto turismo y escaso control. Será que las maravillas del mundo son cíclicas y no perduran toda la vida, menos por suerte que por desgracia.
Al menos, como comentaba el director del museo precolombino cusqueño (salió en las noticias de la 2 – Perú está de moda), la cultura de una civilización no se puede destruir tan fácilmente.
Abrazos y no me enrollo más.
Aunque ver las fotos no tienen na que ver nosotros tambien estamos estupefastos de lo impresionante que es eso
joer…qué shock!
me pido próximas vacaciones a Perú!
muchos besos artur!